La Comarca de La Alcarria posee unas características que la hacen idónea para el crecimiento silvestre de plantas aromáticas como el romero, el tomillo o el espliego. El espliego, que crecía de manera natural en el campo, era la forma de vida de cientos de personas tiempo atrás. Esto hizo que algunos agricultores, decidieran apostar por el lavandín, un híbrido creado a partir del espliego y la lavanda, e introducirlo en nuestra provincia a principios de los años sesenta del siglo pasado. La climatología, la altitud y el terreno de La Alcarria hicieron posible que estos cultivos proliferaran a lo largo de los años, hasta llegar a más de 3.000 hectáreas cultivadas de esta planta en Guadalajara. Gracias a la visión de agricultores como Juan José de Lope Cepero, que inició el cultivo en 1969, de la mano de Álvaro Mayoral Letón, junto con el trabajo de muchas familias, la lavanda ha colocado a La Alcarria y la localidad de Brihuega en el panorama internacional por sus magníficos paisajes , reclamo turístico para miles de personas durante el mes de la floración.
Alcarria Flora es una empresa alcarreña que centra su actividad agrícola en el cultivo de espliego, lavanda y lavandín. Sus máquinas se encargan de cosechar más de mil hectáreas de campos púrpuras en nuestra provincia y de transformarlos en aceite esencial 100% puro y natural. Este proceso de destilación se lleva a cabo en pleno corazón de La Alcarria, concretamente en Cogollor, localidad del fundador de la empresa. Hasta allí llegan los contenedores de materia vegetal recién recolectada y son transformados en esencia a través de un simple proceso de destilación por arrastre de vapor. El procedimiento funciona como un alambique: el agua es calentada en una caldera a baja presión y conducida a los contenedores de acero inoxidable donde está la paja de lavanda. El vapor de agua, cargado de moléculas aromáticas pasa a estado líquido al atravesar el serpentín, llegando finalmente al vaso florentino, donde el aceite y el hidrolato se separan. Aproximadamente, por cada tonelada de materia vegetal se obtienen unos 20 kilogramos de esencia pura, que es distribuida en los mercados internacionales de perfumería alcohólica e industrial, así como en la industria alimentaria y farmacéutica. Una pequeña parte del agua floral o hidrolato lo utilizamos en productos cosméticos, ya que se trata de un agua destilada que ha sido atravesada por las moléculas aromáticas y contiene un suave aroma a lavanda. Este hidrolato puede utilizarse en productos de limpieza y también en cabinas de estética y tratamientos de belleza, aprovechando las propiedades calmantes, hidratantes y antisépticas de la lavanda. El resto lo utilizamos para condensar. En este sentido, la destilación es un proceso respetuoso con el medio ambiente, ya que da un uso al agua usada durante la destilación. Por otro lado, todo la materia vegetal se recicla: la paja es transportada a una parcela donde sufre un proceso de fermentación y se transforma en compost, que más tarde podrá utilizarse como abono para la tierra. De esta manera, el cultivo y la producción de lavanda es circular y sostenible y cumple con los ODS. Por si fuera poco, las plantaciones previenen la erosión y absorben CO2, por lo que aporta muchos beneficios al territorio que lo acoge. Si lo miramos desde el punto de vista de la sociedad, la lavanda crea empleos directos derivados de la agricultura y también relacionados con el turismo, de la mano del modelo agroturístico desarrollado en los últimos años, en los que los campos de lavanda se convierten en el epicentro turístico de la región durante el mes de julio.
En esta línea, la Familia de Lope creó hace unos años Alcarria Natura, empresa de cosmética natural que utiliza la esencia producida en La Alcarria para dar vida a una amplia gama de productos para el cuidado personal. Con dos tiendas físicas en la provincia de Guadalajara (Brihuega y Sigüenza), esta empresa fabrica y distribuye jabones, cremas de manos, protectores labiales y una gama completa de baño con aroma de lavanda. Entre sus cualidades más destacables destaca la hidratación intensa, el suave aroma de la lavanda y su capacidad para reparar la piel sin dejar una sensación grasa. Sin embargo, los artículos más demandados por los visitantes son los saquitos aromáticos de flor de lavanda, perfectos para aromatizar la ropa en los armarios y el aceite esencial de lavanda y lavandín. La novedad este último año ha sido incluir los aceites de las distintas variedades de lavandín cultivadas en la Alcarria: Grosso, super y abrial. Las esencias se distribuyen al por menor en distintos tamaños y formatos, desde los 10 ml con gotero, pasando por difusores. También se comercializa el alcohol de lavanda, miel de lavanda y todo tipo de recuerdos relacionado con la visita a la zona: desde camisetas o imanes para la nevera, pasando por velas aromatizadas, cervezas de lavanda o ricos licores de lavanda, perfectos para la sobremesa.
El objetivo de este grupo de empresas es que el cultivo de la lavanda se asiente en la zona y se convierta en un motor para la comarca, a largo plazo, arraigando la lavanda a la cultura de La Alcarria y convirtiéndola en su eje vertebrador.